Satine's world

Un lugar para expresarse, para escribir lo que piensas y pensar mientras escribes, para conocerme mejor y que me conozcáis mejor.

martes, febrero 27, 2007

Réquiem por mi space

Como muchos ya os habréis dado cuenta, hace ya unos días que mi space del msn desapareció. No voy a contaros la historia, puesto que ni yo misma conozco muchos de los datos; sólo decir que, dado que ya sólo lo usaba para colgar fotos puesto que para el resto está este blog, no volveré a crearlo. Afortunadamente, no he perdido nada irreparable, sólo algunas entradas antiguas que, en su día, estudié trasladar aquí, pero deseché la idea. La única que verdaderamente tiene importancia era una que recogía un extracto de un correo que me enviaron y que, gracias a que la Yoli la colgó también en su blog, he podido recuperar. Aquí os la dejo. Sirva, además de para reflexionar, de réquiem por mi space.

Encuentra a un hombre que te llame "bonita" en lugar de "sexy";
que te llame cuando colgaste con él;
quien se quede despierto sólo para verte dormir.
Espera al chico que bese tu frente;
que quiera enseñarte al mundo cuando estés desarreglada;
que tome tu mano frente a sus amigos.
Espera al que te recuerde constantemente cuando le importas
y lo suertudo que es por tenerte.
Espera al chico que cuando hable con sus amigos diga: "Es ella..."


En aquella entrada, recuerdo que os decía: "¿Un imposible? Yo creo que no". Y he de decir que, desde entonces, no he hecho sino corroborarlo.

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sábado, febrero 24, 2007

Esclavos de la tecnología

¿Os habéis planteado alguna vez lo que dependemos de la tecnología? ¿Del móvil? ¿Del ordenador? En mi opinión, demasiado; pero he de reconocer que es difícil sustraerse a ello. Os pondré un par de ejemplos que me han hecho reflexionar:

Hace cosa de un mes, más o menos. Un viernes, a las 7 y pico de la tarde, se va la luz del barrio: adiós pc, adiós electricidad... Nada, así no podemos ni trabajar!!! Bajamos a la calle, a tomar algo para hacer tiempo: los bares con velas, los coches medio perdidos porque no se ve nada, los vecinos encerrados en los ascensores... Vaya, que se va la luz y ya no hay forma de hacer nada de nada; nos vemos perdidos como niños indefensos. Menos mal que sólo fueron 45 minutos...

Otro ejemplo: ayer mismo, serían las 9 y pico de la noche. Voy a coger el móvil porque he oído llegar un mensaje unos minutos antes. Abro la tapa y... ¡pantalla en blanco! Me digo: "Mal rollo". Apago, vuelvo a encender... ¡pantalla en blanco! Total, que pongo el PIN (eso sí, a ciegas) y marco el número de mi hermano y la tecla de llamada para ver si, al menos, funciona. Y sí, el móvil de mi hermano suena pero no hay forma de arreglar el mío. Lo apagué como un par de veces y volví a encender; pero nada, lo único que conseguí es que llegaran 5 mensajes en total (no sé si de llamadas o de mensajes) y no saber de quién eran.

Esta mañana he ido, of course, a la tienda para ver qué se podía hacer, porque manda narices que me repararon la pantalla del móvil hace dos meses. Pos na, vuelta al servicio técnico y los mensajes de ayer... perdidos, porque claro se descargan directamente al teléfono... Y ahora, ¿qué? Pos yo llevo desde ayer dándole vueltas a ver quién fue el que me escribió o me llamó, y cruzando los dedos para que no fuera nada importante, máxime teniendo en cuenta que mañana estoy yo de guardia en el curro y que, además, el próximo finde me voy a Madrid y ayer estuve intentando quedar con la gente :S

Lo dicho: esclavos de la tecnología. Nos hemos acostumbrado tanto a ella que, cuando nos falta, nos sentimos perdidos e indefensos; parece que, sin ella, el mundo ya no puede seguir adelante... aunque no sea verdad. Pero el caso es que sigo pensando en los mensajes de ayer...

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miércoles, febrero 14, 2007

Cuestión de feromonas...

Hoy, como todos sabéis, es San Valentín, una fecha en la que todo el mundo se vuelve loco por regalarle algo a su pareja y en la que los comercios se vuelven locos de alegría por el subidón de ventas que conlleva. No obstante, ¿alguien se ha preguntado quién fue realmente San Valentín? ¿Cuándo surgió la celebración de su efeméride? O ¿qué pasa cuando estás enamorado?

Bueno, hoy voy a tratar de dar respuesta a algunas de estas preguntas con extractos recogidos de diversas fuentes. Por ejemplo:

La fiesta de San Valentín fue declarada por primera vez alrededor del año 498 por el Papa Gelasio I. La creación de esta festividad puede haber sido un intento de eliminar la celebración de las Lupercales, festividad pagana celebrada el 15 de febrero. (Wikipedia)

Claro está que, ahora, muchos de vosotros (como yo también) os preguntaréis en qué consistía esa otra fiesta, la de las Lupercales, ¿no? Bueno, pues para eso, nos iremos a una página que acabo de encontrar por ahí:

Ochocientos años antes de que se estableciera la festividad de San Valentín, los romanos celebraban un ritual, en honor al dios pagano Lupercus, entre los hombres jóvenes, el mismo consistía en una especie de lotería en la que elegían al azar de una caja el nombre de una muchacha adolescente que sería su pareja durante el año siguiente. El Papa Gelasius para anular dicha fiesta pagana pidió un cambio en la lotería. En lugar de los nombres de mujeres jóvenes la caja contendría nombres de Santos a los que tendrían que emular durante el siguiente año, lo que no era del agrado de los jóvenes. En lugar del dios pagano Lupercus la iglesia buscaba un santo que lo sustituyera. Ellos creyeron que San Valentín era el apropiado, ya que el Emperador Claudio había prohibido el matrimonio entre los hombres jóvenes de su imperio, pero Valentín sin hacer caso los casaba en secreto a los que se llegaban hasta él. Cuando Claudio averiguo esto intento convertir a Valentín en pagano. Pero Valentín invirtió la estrategia tratando de convertir a Claudio, quien lo encarceló y ordenó que lo decapitaran.

Durante su cautiverio Valentín se enamoró de la hija de su carcelero que era ciega, su amor por ella y su gran fe sanaron milagrosamente de su ceguera a la joven antes de su muerte. Antes de ser decapitado el envió un mensaje a la doncella con la firma “de tu Valentín” frase que se ha popularizado hasta nuestros días como firma de las tarjetas entre los enamorados.


Bueno, ahora que ya sabemos algo más de San Valentín, que no es un invento de El Corte Inglés como se dice aquí habitualmente; pero sí obedece a una conveniencia de los poderosos, quiero recoger aquí un extracto de lo publicado hoy en Qué! sobre los efectos del amor:

1.- El amor cambia hasta el olor corporal: Cuando Cupido nos alcanza, una de las sustancias que producimos son las feromonas, que nos cambian el olor.

2.- Exalta nuestra belleza: El flechazo hace que estemos más guapos y potencia la atracción.

3.- Alarga mucho más la energía: Evita que nos cansemos. El cuerpo libera más azúcar de lo habitual, el combustible perfecto.

4.- ¿No te pasa que ligas más?: La liberación de feromonas no tiene porqué atraer sólo a tu pareja. Donde vas, triunfas.

5.- Te ríes de todo, más que habitualmente: Esto se debe a la sobreproducción de las endorfinas. En realidad, puede trascender a fases más sosegadas del amor.

6.- Te olvidas de todos los problemas: Dejar de rendir en el trabajo tiene ventajas; ¡y es que todo te da igual!

Seguro que no soy la única que se siente reflejada en esto. ¿Qué le vamos a hacer si estoy felizmente enamorada?

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lunes, febrero 12, 2007

Quiero...

Quiero que me oigas sin juzgarme
Quiero que opines sin aconsejarme
Quiero que confíes en mí sin exigirme
Quiero que me ayudes sin intentar decidir por mí
Quiero que me cuides sin anularme
Quiero que me mires sin proyectar tus cosas en mí
Quiero que me abraces sin asfixiarme
Quiero que me animes sin empujarme
Quiero que me sostengas sin hacerte cargo de mí
Quiero que me protejas sin mentiras
Quiero que te acerques sin invadirme
Quiero que conozcas las cosas mías que más te disgustan
Quiero que las aceptes y no pretendas cambiarlas
Quiero que sepas... que hoy puedes contar conmigo...
Sin condiciones.


(Ésta, la propuesta sobre las relaciones interpersonales de Jorge Bucay, fue publicada originalmente dentro del prólogo de la tercera edición de "Cartas para Claudia", en 1989)

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viernes, febrero 09, 2007

Yo soy friki

Si buscáis la palabra friki en el diccionario, os saldrá algo similar a esto:

Friki, friqui, frik o freaki (que en la forma, y no necesariamente en el significado, procede del inglés freak, específicamente freaky, que significa raro, extravagante, estrafalario o fanático), es un término usado en el idioma español para referirse a la persona interesada u obsesionada al menos con un tema, afición, o hobby en concreto. El interés que presenta el friki, puede llegar en varios casos a que sea tachado de extravagante, o el integrar parte de una comunidad específica. Hay distintos niveles de "frikismo", siendo el más extremo el llevar su afición o interés, hasta el punto de convertirlo en una forma de vida.

No obstante, hace ya días estaba yo escuchando la radio y, hablando de esto, dijeron algo que me llamó la atención. Friki, en sus orígenes, se consideraba también a alguien que ponía pasión en algo, fuera esto lo que fuera. No sé si será cierto, o no. Lo que sí sé es que tiene su sentido. Un friki, tal como lo conocemos hoy, no deja tampoco de ser una persona 'apasionada', que se apasiona con algo más que los demás. Y no hace falta que esto tenga relación con la informática, que es la acepción con la que más se relaciona esta palabra. Puede ser cualquier cosa.

Y, teniendo en cuenta todo esto, no me cabe más que decir, que admitir que yo también soy friki. Y no sólo porque esté enganchada al Ogame, que será por lo que más me lo considerarían; sino también porque me gusta apasionarme con las cosas que me rodean, con lo que me gusta. Soy una apasionada de la vida, del amor, del cine, de la literatura, de la música, de los ordenadores, del periodismo, de los amigos, de los coches, de mi hermano, de mi chico... Sí, definitivamente, yo también soy friki.

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jueves, febrero 08, 2007

El Buscador

Ahora que estoy tratando de "desengancharme" un poquito de Internet en mis ratos libres, he comenzado a leer "Cuentos para pensar", de Jorge Bucay, un autor que me gusta mucho porque escribe sobre cosas interesantes y, además, te hace pensar y reflexionar. Pues bien, se trata de un libro de relatos cortos, pequeños cuentecillos como dice el título y, aunque hay muchos muy buenos (y otros que aún no me he leído), hubo uno (curiosamente el primero) sobre el que yo creo que a todos nos vendría bien reflexionar. Se llama así, "El Buscador"...

Ésta es la historia de un hombre al que yo definiría como un buscador... Un buscador es alguien que busca; no necesariamente alguien que encuentra. Tampoco es alguien que, necesariamente, sabe qué es lo que está buscando. Es simplemente alguien para quien su vida es una búsqueda.

Un día, el buscador sintió que debía ir hacia la ciudad de Kammir. Había aprendido a hacer caso riguroso de estas sensaciones que venían de un lugar desconocido de sí mismo. Así que lo dejó todo y partió. Después de dos días de marcha por los polvorientos caminos, divisó, a lo lejos, Kammir. Un poco antes de llegar al pueblo, le llamó mucho la atención una colina a la derecha del sendero.

Estaba tapizada de un verde maravilloso y había un montón de árboles, pájaros y flores encantadores. La rodeaba por completo una especie de pequeña valla de madera lustrada. Una portezuela de bronce lo invitaba a entrar. De pronto, sintió que olvidaba el pueblo y sucumbió ante la tentación de descansar por un momento en aquél lugar. El buscador traspasó el portal y empezó a caminar lentamente entre las piedras blancas que estaban distribuidas como al azar, entre los árboles. Dejó que sus ojos se posaran como mariposas en cada detalle de aquel paraíso multicolor. Sus ojos eran los de un buscador, y quizá por eso descubrió aquella inscripción sobre una de las piedras:


Abdul Tareg, vivió 8 años, 6 meses, 2 semanas y 3 días

Se sobrecogió un poco al darse cuenta de que aquella piedra no era simplemente una piedra: era una lápida. Sintió pena al pensar que un niño de tan corta edad estaba enterrado en aquel lugar. Mirando a su alrededor, el hombre se dio cuenta de que la piedra de al lado también tenía una inscripción. Se acercó a leerla. Decía:

Yamir Kalib, vivió 5 años, 8 meses y 3 semanas

El buscador se sintió terriblemente conmocionado. Aquel hermoso lugar era un cementerio, y cada piedra era una tumba. Una por una, empezó a leer las lápidas. Todas tenían inscripciones similares: un nombre y el tiempo de vida exacto del muerto. Pero lo que lo conectó con el espanto fue comprobar que el que más tiempo había vivido sobrepasaba apenas los once años... Embargado por un dolor terrible, se sentó y se puso a llorar.

El cuidador del cementerio pasaba por allí y se acercó. Lo miró llorar durante un rato en silencio y luego le preguntó si lloraba por algún familiar. -No, por ningún familiar —dijo el buscador—. ¿Qué pasa en este pueblo? ¿Qué cosa tan terrible hay en esta ciudad? ¿Por qué hay tantos niños muertos enterrados en este lugar? ¿Cuál es la horrible maldición que pesa sobre esta gente, que les ha obligado a construir un cementerio de niños?

El anciano sonrió y dijo:- Puede usted serenarse. No hay tal maldición. Lo que pasa es que aquí tenemos una vieja costumbre. Le contaré...:“Cuando un joven cumple quince años, sus padres le regalan una libreta como ésta que tengo aquí, para que se la cuelgue al cuello. Es tradición entre nosotros que, a partir de ese momento, cada vez que uno disfruta intensamente de algo, abre la libreta y anota en ella: A la izquierda, qué fue lo disfrutado. A la derecha, cuánto tiempo duró el gozo.

Conoció a su novia y se enamoró de ella. ¿Cuánto tiempo duró esa pasión enorme y el placer de conocerla? ¿Una semana? ¿Dos? ¿Tres semanas y media...? Y después, la emoción del primer beso, el placer maravilloso del primer beso...¿Cuánto duró? ¿El minuto y medio del beso? ¿Dos días? ¿Una semana? ¿Y el embarazo y el nacimiento del primer hijo...? ¿Y la boda de los amigos? ¿Y el viaje más deseado? ¿Y el encuentro con el hermano que vuelve de un país lejano? ¿ Cuánto tiempo duró el disfrutar de estas situaciones? ¿Horas? ¿Días? Así, vamos anotando en la libreta cada momento que disfrutamos... Cada momento.

Cuando alguien se muere, es nuestra costumbre abrir su libreta y sumar el tiempo de lo disfrutado para escribirlo sobre su tumba. Porque ése es para nosotros el único y verdadero tiempo vivido".


Espero que os guste tanto como me gustó a mí, y que también os haga pensar. ¿Cuántos años de felicidad sumaremos al final de nuestra vida?

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martes, febrero 06, 2007

Tristeza...

No, tranquilos, no estoy triste; más bien, todo lo contrario. Es sólo que esta mañana he topado con un post que se llama así y que refleja un poema que me ha hecho sentirme muy identificada con la persona que lo escribió. Pero, lo más curioso, lo que me hace dedicarle unas líneas aquí, es que la 'conexión' con esa persona va aún más allá; ya que, incluso el título de su blog ("Las cenizas del Fénix") como la foto que utiliza para ilustrarlo tienen mucho que ver conmigo.

Os dejo el enlace por si a alguien le entra la curiosidad. Seguro que, al verlo, lo comprenderéis.

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domingo, febrero 04, 2007

Una semana intensa...

Ha habido de todo y, cuando digo de todo, es de todo menos tiempo para descansar :P La semana parecía que iba a empezar tranquilita, con una carrera ciudadana contra policías y bomberos. Pero claro, eso era sólo lo que parecía porque, de repente, acabé en un coche rumbo a Torrecilla de Alcañiz, un pueblecito turolense del que, hasta entonces, no sabía ni que existía. Y para allá que nos fuimos, ya que un incendio en una casa había acabado con la muerte de tres bebés. ¡Menuda tragedia! Y yo allí preguntando... En fin, ya se sabe que es lo que toca.

Lo mejor fue el bocadillo de tortilla y jamón que nos prepararon en el bar del pueblo. Lo peor, que hasta las 20.00 o más no llegamos a Zaragoza y aún había que escribir las dos páginas correspondientes... Y, claro, yo ya estaba más cansada que otra cosa y, por tanto, no de muy buen humor; pero bueno, al final el periódico se acabó y me pude ir a casita... 12 horas después.

El martes, otra odisea. El jefe quería abrir con las reacciones del suceso y, como yo estuve fuera toda la mañana, a lo que llegué por la tarde, nadie cogía el teléfono. Total, yo con una crisis porque no tenía nada para rellenar nada más y nada menos que ¡la página de apertura! No sé ni cómo; pero, finalmente, conseguí salvar la papeleta y todo...

Y llegó el miércoles, y pasó tranquilito; sólo con la noticia de que mi niño había conseguido su nuevo trabajo. Una gran noticia, por un lado; aunque supusiera pasar menos tiempo juntos...

La apoteosis llegó el jueves. En principio, iba a comer con las niñas que, últimamente, parece que sólo nos vemos de comida en comida (y gracias). No obstante, allá la 1, al girarme al pc de al lado, veo a Laura desmayada y, tras despejarla, se nos volvió a marear otra vez. Así que ná, llamar a una ambulancia y a Urgencias. ¿Resultado? Dos horas esperando para una consulta de 5 minutos por un bajón de azúcar. Al menos, no fue nada... Y, claro, luego comer a las 5 de la tarde un bocadillo que nos ha traído la buena de Mercedes...

Viernes... En principio, día para salir y ver a todo el mundo. Al final, partido de basket y a casa; que la única que iba a salir era Yoli y, al irme al basket, pues acaba buscando otros planes; así que a casita...

En cuanto al sábado y al domingo, tampoco han tenido nada muy reseñable que contar; salvo que ya estoy echándote de menos... En fin, supongo que a todo nos acostumbraremos...

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