Una semana intensa...
Ha habido de todo y, cuando digo de todo, es de todo menos tiempo para descansar :P La semana parecía que iba a empezar tranquilita, con una carrera ciudadana contra policías y bomberos. Pero claro, eso era sólo lo que parecía porque, de repente, acabé en un coche rumbo a Torrecilla de Alcañiz, un pueblecito turolense del que, hasta entonces, no sabía ni que existía. Y para allá que nos fuimos, ya que un incendio en una casa había acabado con la muerte de tres bebés. ¡Menuda tragedia! Y yo allí preguntando... En fin, ya se sabe que es lo que toca.
Lo mejor fue el bocadillo de tortilla y jamón que nos prepararon en el bar del pueblo. Lo peor, que hasta las 20.00 o más no llegamos a Zaragoza y aún había que escribir las dos páginas correspondientes... Y, claro, yo ya estaba más cansada que otra cosa y, por tanto, no de muy buen humor; pero bueno, al final el periódico se acabó y me pude ir a casita... 12 horas después.
El martes, otra odisea. El jefe quería abrir con las reacciones del suceso y, como yo estuve fuera toda la mañana, a lo que llegué por la tarde, nadie cogía el teléfono. Total, yo con una crisis porque no tenía nada para rellenar nada más y nada menos que ¡la página de apertura! No sé ni cómo; pero, finalmente, conseguí salvar la papeleta y todo...
Y llegó el miércoles, y pasó tranquilito; sólo con la noticia de que mi niño había conseguido su nuevo trabajo. Una gran noticia, por un lado; aunque supusiera pasar menos tiempo juntos...
La apoteosis llegó el jueves. En principio, iba a comer con las niñas que, últimamente, parece que sólo nos vemos de comida en comida (y gracias). No obstante, allá la 1, al girarme al pc de al lado, veo a Laura desmayada y, tras despejarla, se nos volvió a marear otra vez. Así que ná, llamar a una ambulancia y a Urgencias. ¿Resultado? Dos horas esperando para una consulta de 5 minutos por un bajón de azúcar. Al menos, no fue nada... Y, claro, luego comer a las 5 de la tarde un bocadillo que nos ha traído la buena de Mercedes...
Viernes... En principio, día para salir y ver a todo el mundo. Al final, partido de basket y a casa; que la única que iba a salir era Yoli y, al irme al basket, pues acaba buscando otros planes; así que a casita...
En cuanto al sábado y al domingo, tampoco han tenido nada muy reseñable que contar; salvo que ya estoy echándote de menos... En fin, supongo que a todo nos acostumbraremos...
Lo mejor fue el bocadillo de tortilla y jamón que nos prepararon en el bar del pueblo. Lo peor, que hasta las 20.00 o más no llegamos a Zaragoza y aún había que escribir las dos páginas correspondientes... Y, claro, yo ya estaba más cansada que otra cosa y, por tanto, no de muy buen humor; pero bueno, al final el periódico se acabó y me pude ir a casita... 12 horas después.
El martes, otra odisea. El jefe quería abrir con las reacciones del suceso y, como yo estuve fuera toda la mañana, a lo que llegué por la tarde, nadie cogía el teléfono. Total, yo con una crisis porque no tenía nada para rellenar nada más y nada menos que ¡la página de apertura! No sé ni cómo; pero, finalmente, conseguí salvar la papeleta y todo...
Y llegó el miércoles, y pasó tranquilito; sólo con la noticia de que mi niño había conseguido su nuevo trabajo. Una gran noticia, por un lado; aunque supusiera pasar menos tiempo juntos...
La apoteosis llegó el jueves. En principio, iba a comer con las niñas que, últimamente, parece que sólo nos vemos de comida en comida (y gracias). No obstante, allá la 1, al girarme al pc de al lado, veo a Laura desmayada y, tras despejarla, se nos volvió a marear otra vez. Así que ná, llamar a una ambulancia y a Urgencias. ¿Resultado? Dos horas esperando para una consulta de 5 minutos por un bajón de azúcar. Al menos, no fue nada... Y, claro, luego comer a las 5 de la tarde un bocadillo que nos ha traído la buena de Mercedes...
Viernes... En principio, día para salir y ver a todo el mundo. Al final, partido de basket y a casa; que la única que iba a salir era Yoli y, al irme al basket, pues acaba buscando otros planes; así que a casita...
En cuanto al sábado y al domingo, tampoco han tenido nada muy reseñable que contar; salvo que ya estoy echándote de menos... En fin, supongo que a todo nos acostumbraremos...
Etiquetas: El día a día
1 Comments:
At 10:23 a. m., Yolanda said…
Tranqui pequeña, que cierto es que a todo se acostumbra la gente... y no me eches de menos, que nos vemos el finde, jajajaja! Tonta, que ya sé a quien va dirigida esa frase, ;).
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