Satine's world

Un lugar para expresarse, para escribir lo que piensas y pensar mientras escribes, para conocerme mejor y que me conozcáis mejor.

domingo, enero 28, 2007

El poder del rock...

Grupos musicales tan variados y sonados como Amaral, Bunbury, Jaime Urrutia, Loquillo y los trogloditas, La Frontera, Pereza, Tahúres Zurdos, Gabriel Sopeña, Labordeta, Los Niños del Brasil y Los Gandules se dieron cita este viernes en la Sala Multiusos. Un cartel de lujo y por sólo 4 euros. ¿El objetivo? Homenajear a uno de los grandes guitarristas del rock español, Guillermo Martín. Aunque muchos no lo conocíamos, el sonido de su guitarra está patente en algunas de las mejores canciones de los grandes grupos rockeros del panorama nacional.

Eso sí, allí no sólo se dieron cita sus compañeros de profesión, sino que también hubo nutrida representación del mundo del fútbol y del espectáculo, en los que también dejó su huella. Pero, aún más allá de eso, el evento reunió a mayores y pequeños, a varias generaciones de aficionados al rock que acudieron allí para darle, de una u otra forma, su homenaje a alguien que, a resguardo de los grandes focos, nos legó su arte convertido en algunas de las más memorables canciones de nuestras vidas...

Y, como no podía ser de otra forma, hubo momentos para la nostalgia, para el recuerdo pero, también, por supuesto, para echar de menos a personas que me hubiera gustado que estuvieran allí conmigo, disfrutando del momento...

Una recomendación: leed este artículo escrito por Luis Larrodera, uno de los presentadores de la noche, junto a Láinez.

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A un río le llaman Carlos...

Yo me senté en la orilla;
quería preguntarte, preguntarme tu secreto;
convencerme de que los ríos resbalan hacia un anhelo y viven;
y que cada uno nace y muere distinto (lo mismo que a ti te llaman Carlos).

Quería preguntarte, mi alma quería preguntarte
por qué anhelas, hacia qué resbalas, para qué vives.
Dímelo, río,
y dime, di, por qué te llaman Carlos.

Ah, loco, yo, loco, quería saber qué eras, quién eras
(genero, especie)
y qué eran, qué significaban «fluir», «fluido», «fluente»;
qué instante era tu instantecuál de tus mil reflejos, tu; reflejo absoluto
yo quería indagar el último recinto de tu vida tu unicidad,
esa alma de agua única, por la que te conocen por Carlos.

Carlos es una tristeza, muy mansa y gris, que fluye
entre edificios nobles, a Minerva sagrados
y entre hangares que anuncios y consignas coronan.
Y el río fluye y fluye, indiferente.
A veces, suburbana, verde, una sonrisilla
de hierba se distiende, pegada a la ribera.
Yo me he sentado allí, sobre la hierba quemada del invierno para pensar por qué los ríos siempre anhelan futuro, como tú lento y gris.
Y para preguntarte por qué te llaman Carlos.

Y tu fluías, fluías, sin cesar, indiferente
y no escuchabas a tu amante extático
que te miraba preguntándote
como miramos a nuestra primera enamorada para saber si le fluye un alma por los ojos,
y si en su sima el mundo será todo luz blanca
o si acaso su sonreír es sólo eso: una boca amarga que besa.
Así te preguntaba: como le preguntamos a Dios en la sombra de los quince años,
entre fiebres oscuras y los días—qué verano— tan lentos.
Yo quería que me revelaras el secreto de la vida y de tu vida,
y por qué te llamaban Carlos.

Yo no sé por qué me he puesto tan triste, contemplando
el fluir de este río
Un río es agua, lágrimas: mas no sé quién las llora.
El río Carlos es una tristeza gris, mas no sé quién la llora.
Pero sé que la tristeza es gris y fluye.
Porque sólo fluye en el mundo la tristeza.
Todo lo que fluye es lágrimas.
Todo lo que fluye es tristeza, y no sabemos de dónde viene la tristeza.
Como yo no sé quién te llora, río Carlos,
como yo no sé por qué eres una tristeza
ni por qué te llaman Carlos.

Era bien de mañana cuando yo me he sentado a contemplar el misterio fluyente de este río,
y he pasado muchas horas preguntándome, preguntándote.
Preguntando a este río, gris lo mismo que un dios;
preguntándome, como se le pregunta a un dios triste:
¿qué buscan los ríos?, ¿qué es un río?
Dime, dime qué eres, qué buscas,
río, y por qué te llaman Carlos.

Y ahora me fluye dentro una tristeza,
un río de tristeza gris,
con lentos puentes grises, como estructuras funerales grises.
Tengo frío en el alma y en los pies.
Y el sol se pone.
Ha debido pasar mucho tiempo.
Ha debido pasar el tiempo lento, lento, minutos, siglos, eras.
Ha debido pasar toda la pena del mundo, como un tiempo lentísimo.
Han debido pasar todas las lágrimas del mundo, como un río indiferente.
Ha debido pasar mucho tiempo, amigos míos, mucho tiempo
desde que yo me senté aquí en la orilla, a orillas
de esta tristeza, de este
río al que le llamaban Dámaso, digo, Carlos.

(A un río le llaman Carlos. Dámaso Alonso)

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viernes, enero 12, 2007

Las nuevas formas de ligar

Zaragoza acogió este jueves su primera "cita rápida". Ocho chicos y ocho chicas, con ocho minutos para conocerse antes de cambiar de pareja. Un fenómeno que, hasta ahora, habíamos visto en muchas películas americanas pero que aún no había llegado a nuestra ciudad.

El día anterior, hablando con la organizadora, me comentaba que las chicas jóvenes estaban siendo bastante reacias a participar, quizá porque pensaban que daba mala imagen o yo qué sé. El caso es que ese día sólo había cuatro chicas apuntadas, de las ocho que debían ser. Eso sí, cuando llegó el momento de la verdad, allí estaban las ocho que debían estar y he de decir que algunas de ellas eran muy muy guapas, y también los chicos.

Para muchos, este tipo de 'citas' es sinónimo de que quienes acuden a ellas no tienen otro medio de ligar, que tienen alguna desventaja, algún handicap que hace "que no pillen ni queriendo", valga la vulgaridad. Pero la apariencia era más bien otra. Quizá, simplemente, es una posibilidad de acercarte a algo nuevo, de vivir una experiencia diferente y quién sabe lo que vendrá después.

Aún con todo, hay quien piensa que este tipo de iniciativas atentan contra la forma de ligue tradicional, contra "el ritual del cortejo", contra "la noche". En mi opinión, no tiene porqué ser así. Lo uno no quita lo otro; es más, puede incluso complementarlo. Son nuevas experiencias, como ya he dicho, que no están mal para echarte unas risas, estés participando o viendo cómo se desenvuelve el evento.

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martes, enero 09, 2007

El mundo al revés

Cuántas veces, sobre todo, de pequeños habremos hecho referencia a este mundo, "el mundo al revés". Cuántas canciones hablan de esa posibilidad. Y, sin embargo, hay varias formas de plantearlo. Generalmente, al hablar del mundo al revés, pensamos en cosas banales, en si el ratón persiguiera al gato, en si el tallo de las flores fuera de colores y los pétalos fueran verdes... Sí, sí, ya sé que son dos ejemplos muy tontos, pero suele ser así cuando nos lo planteamos.

Y, sin embargo, a mí me gusta más el otro planteamiento de "la vida al revés". Recuerdo un chiste de Mafalda en el que se hablaba de esta posibilidad. Nacer viejo y morir joven. En la situación actual, naces con todas tus facultades físicas pero te falta experiencia y conocimientos. Conforme vas adquiriendo éstos, tu cuerpo va degenerándose y, cuando realmente estás en disposición de saborear las cosas, de disfrutar de la vida porque los años te han ayudado a comprenderla, es cuando eso ya es, si no imposible, sí complicado y dificultoso. ¿No sería mucho mejor que todo fuera al revés? Nacer viejos y, con el paso de los años y con la experiencia a cuestas, aprovechar y vivir la vida?

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domingo, enero 07, 2007

Año nuevo, vida nueva

O eso dicen. En mi caso, no sé si será así. En principio, todo sigue como el año pasado y, la verdad, es que tampoco me quejo porque ahora mismo mi vida está bastante bien. Claro que habría cosas que me gustaría mejorar, aspectos en los que me gustaría avanzar, pero bueno, espero que todo esto acontezca con el tiempo, que tampoco hay que forzar las cosas.

2006 fue un buen año para mi. Creo que, a lo largo del año pasado, fui madurando en diversos aspectos, mejoré en algunas vertientes de mi vida (como la laboral) y conocí muchísima gente, incluidas personas que se han llegado a hacer un hueco importante en mi vida, al tiempo que afianzaba otras amistades. Y espero continuar por esta senda en 2007.

No me pongo grandes metas ni he hecho ningún buen propósito de esos que luego nadie cumple. Sólo me propongo ser yo misma, seguir avanzando con paso firme y seguro e ir, poco a poco, dibujando mis metas y haciéndolas realidad, sin prisa pero sin pausa. Bueno, eso y un viaje a Perú...

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