Cuestión de feromonas...
Hoy, como todos sabéis, es San Valentín, una fecha en la que todo el mundo se vuelve loco por regalarle algo a su pareja y en la que los comercios se vuelven locos de alegría por el subidón de ventas que conlleva. No obstante, ¿alguien se ha preguntado quién fue realmente San Valentín? ¿Cuándo surgió la celebración de su efeméride? O ¿qué pasa cuando estás enamorado?
Bueno, hoy voy a tratar de dar respuesta a algunas de estas preguntas con extractos recogidos de diversas fuentes. Por ejemplo:
La fiesta de San Valentín fue declarada por primera vez alrededor del año 498 por el Papa Gelasio I. La creación de esta festividad puede haber sido un intento de eliminar la celebración de las Lupercales, festividad pagana celebrada el 15 de febrero. (Wikipedia)
Claro está que, ahora, muchos de vosotros (como yo también) os preguntaréis en qué consistía esa otra fiesta, la de las Lupercales, ¿no? Bueno, pues para eso, nos iremos a una página que acabo de encontrar por ahí:
Ochocientos años antes de que se estableciera la festividad de San Valentín, los romanos celebraban un ritual, en honor al dios pagano Lupercus, entre los hombres jóvenes, el mismo consistía en una especie de lotería en la que elegían al azar de una caja el nombre de una muchacha adolescente que sería su pareja durante el año siguiente. El Papa Gelasius para anular dicha fiesta pagana pidió un cambio en la lotería. En lugar de los nombres de mujeres jóvenes la caja contendría nombres de Santos a los que tendrían que emular durante el siguiente año, lo que no era del agrado de los jóvenes. En lugar del dios pagano Lupercus la iglesia buscaba un santo que lo sustituyera. Ellos creyeron que San Valentín era el apropiado, ya que el Emperador Claudio había prohibido el matrimonio entre los hombres jóvenes de su imperio, pero Valentín sin hacer caso los casaba en secreto a los que se llegaban hasta él. Cuando Claudio averiguo esto intento convertir a Valentín en pagano. Pero Valentín invirtió la estrategia tratando de convertir a Claudio, quien lo encarceló y ordenó que lo decapitaran.
Durante su cautiverio Valentín se enamoró de la hija de su carcelero que era ciega, su amor por ella y su gran fe sanaron milagrosamente de su ceguera a la joven antes de su muerte. Antes de ser decapitado el envió un mensaje a la doncella con la firma “de tu Valentín” frase que se ha popularizado hasta nuestros días como firma de las tarjetas entre los enamorados.
Bueno, ahora que ya sabemos algo más de San Valentín, que no es un invento de El Corte Inglés como se dice aquí habitualmente; pero sí obedece a una conveniencia de los poderosos, quiero recoger aquí un extracto de lo publicado hoy en Qué! sobre los efectos del amor:
1.- El amor cambia hasta el olor corporal: Cuando Cupido nos alcanza, una de las sustancias que producimos son las feromonas, que nos cambian el olor.
2.- Exalta nuestra belleza: El flechazo hace que estemos más guapos y potencia la atracción.
3.- Alarga mucho más la energía: Evita que nos cansemos. El cuerpo libera más azúcar de lo habitual, el combustible perfecto.
4.- ¿No te pasa que ligas más?: La liberación de feromonas no tiene porqué atraer sólo a tu pareja. Donde vas, triunfas.
5.- Te ríes de todo, más que habitualmente: Esto se debe a la sobreproducción de las endorfinas. En realidad, puede trascender a fases más sosegadas del amor.
6.- Te olvidas de todos los problemas: Dejar de rendir en el trabajo tiene ventajas; ¡y es que todo te da igual!
Seguro que no soy la única que se siente reflejada en esto. ¿Qué le vamos a hacer si estoy felizmente enamorada?
Bueno, hoy voy a tratar de dar respuesta a algunas de estas preguntas con extractos recogidos de diversas fuentes. Por ejemplo:
La fiesta de San Valentín fue declarada por primera vez alrededor del año 498 por el Papa Gelasio I. La creación de esta festividad puede haber sido un intento de eliminar la celebración de las Lupercales, festividad pagana celebrada el 15 de febrero. (Wikipedia)
Claro está que, ahora, muchos de vosotros (como yo también) os preguntaréis en qué consistía esa otra fiesta, la de las Lupercales, ¿no? Bueno, pues para eso, nos iremos a una página que acabo de encontrar por ahí:
Ochocientos años antes de que se estableciera la festividad de San Valentín, los romanos celebraban un ritual, en honor al dios pagano Lupercus, entre los hombres jóvenes, el mismo consistía en una especie de lotería en la que elegían al azar de una caja el nombre de una muchacha adolescente que sería su pareja durante el año siguiente. El Papa Gelasius para anular dicha fiesta pagana pidió un cambio en la lotería. En lugar de los nombres de mujeres jóvenes la caja contendría nombres de Santos a los que tendrían que emular durante el siguiente año, lo que no era del agrado de los jóvenes. En lugar del dios pagano Lupercus la iglesia buscaba un santo que lo sustituyera. Ellos creyeron que San Valentín era el apropiado, ya que el Emperador Claudio había prohibido el matrimonio entre los hombres jóvenes de su imperio, pero Valentín sin hacer caso los casaba en secreto a los que se llegaban hasta él. Cuando Claudio averiguo esto intento convertir a Valentín en pagano. Pero Valentín invirtió la estrategia tratando de convertir a Claudio, quien lo encarceló y ordenó que lo decapitaran.
Durante su cautiverio Valentín se enamoró de la hija de su carcelero que era ciega, su amor por ella y su gran fe sanaron milagrosamente de su ceguera a la joven antes de su muerte. Antes de ser decapitado el envió un mensaje a la doncella con la firma “de tu Valentín” frase que se ha popularizado hasta nuestros días como firma de las tarjetas entre los enamorados.
Bueno, ahora que ya sabemos algo más de San Valentín, que no es un invento de El Corte Inglés como se dice aquí habitualmente; pero sí obedece a una conveniencia de los poderosos, quiero recoger aquí un extracto de lo publicado hoy en Qué! sobre los efectos del amor:
1.- El amor cambia hasta el olor corporal: Cuando Cupido nos alcanza, una de las sustancias que producimos son las feromonas, que nos cambian el olor.
2.- Exalta nuestra belleza: El flechazo hace que estemos más guapos y potencia la atracción.
3.- Alarga mucho más la energía: Evita que nos cansemos. El cuerpo libera más azúcar de lo habitual, el combustible perfecto.
4.- ¿No te pasa que ligas más?: La liberación de feromonas no tiene porqué atraer sólo a tu pareja. Donde vas, triunfas.
5.- Te ríes de todo, más que habitualmente: Esto se debe a la sobreproducción de las endorfinas. En realidad, puede trascender a fases más sosegadas del amor.
6.- Te olvidas de todos los problemas: Dejar de rendir en el trabajo tiene ventajas; ¡y es que todo te da igual!
Seguro que no soy la única que se siente reflejada en esto. ¿Qué le vamos a hacer si estoy felizmente enamorada?
Etiquetas: Amor
1 Comments:
At 8:07 p. m., Yolanda said…
Jejeje! Yo, adicta al Qué (no sé por qué), ya me había leído el artículo de marras, y lo cierto es que claro que me veo reflejada en eso... menos en lo del olor! Que yo siempre huelo bien! jajajaja.
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