Satine's world

Un lugar para expresarse, para escribir lo que piensas y pensar mientras escribes, para conocerme mejor y que me conozcáis mejor.

sábado, septiembre 02, 2006

Irreversible

Permitidme que os cuente una pequeña historia sobre la verdad y las palabras, sobre la consciencia y la inconsciencia y la línea que separa a ambas.

- "Algunas cosas me gustaria leerlas u oírlas con todas y cada una de sus letras y no tener que leerlas entre líneas", dijo él.
- "¿Qué quieres oír?", preguntó ella.
- "Sólo lo que tengas que contarme", respondió.

Es ahí donde se presenta el dilema. Responder sin ambages o evadir la verdadera respuesta. Lo segundo, garantiza permanecer a salvo, refugiarse en el miedo. Lo primero, arriesgar, jugar fuerte. ¿Por qué? Porque cuando la verdad sale a la luz, ya no hay forma de ignorarla, de disimular, de actuar como si no hubiera sido revelada. Para lo bueno y para lo malo.

Sean cuales sean las circunstancias, esta situación aparecerá mil veces a lo largo de nuestras vidas: en el amor, en la amistad, en el trabajo, en la familia, etcétera. Es precisamente en esos momentos en los que cada persona elige su camino, en los que la vida de todos y cada uno va tomando forma. Y, a diferencia de los libros de "Elige tu propia historia" que recordábamos ayer por la noche, no hay vuelta atrás. El camino elegido es irreversible.

Como dar un salto al vacío
o robar un pétalo a una flor.
Como entrar de vuelta al paraíso
o añadir un verso a esta canción.
Como hacer un surco en un vinilo
o pintar un trazo en un Van Gogh.
Mi corazón se ha vuelto irreversible,
desde el momento en que el destino lo marcó.

Viendo llover, nos quedamos dormidos.
Viendo llover, el cielo azul de un domingo.
Aquella noche soñé lo que luego escuché.
Y, desde entonces, ya sé que yo quiero contigo.

Como hablar rompiendo un secreto
o escribir mi firma en el papel.
Como ver que vuelve a ser invierno
y que los niños ya me tratan de usted.
Como abrir mi hucha de dinero
o decidir ser 3 en vez de 2
Mi corazón se ha vuelto irreversible,
desde el momento en que el destino lo marcó.

Viendo llover, nos quedamos dormidos.
Viendo llover, el cielo azul de un domingo.
Aquella noche soñé lo que luego escuché.
Y desde entonces ya sé que yo quiero contigo.

Viendo llover, nos quedamos dormidos.
Viendo llover, el cielo azul de un domingo.
Aquella noche soñé lo que luego escuché.
Y desde entonces ya sé que yo quiero contigo.

Viendo llover, viendo llover, sé que quiero contigo...

Cómo no, otra canción de La Oreja de Van Gogh. Si es que me encanta...

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2 Comments:

  • At 5:00 p. m., Blogger Yolanda said…

    Por propia experiencia: las cosas claras, que luego sino la ostia es muy grande. Nadie dijo que decir la verdad fuera fácil, que dejar a alguien, o despedir a un empleado y decírselo, o dar una mala noticia... no fuese duro. Pero es así. Hay que armarse de valor, y pensar que si las cosas son así es por algo, y que hay que echarle huevos, porque las verdades a medias no son buenas, y ni mucho menos lo son las mentiras.
    De todos modos, también es cierto que según qué personas prefieren leer entre líneas; yo, desde luego, ya no.

    Al final, la verdad sale a la luz. Y para el que la encuentra no es agradable.

     
  • At 6:31 p. m., Blogger Satine said…

    Bueno, también depende de qué tipo sea la verdad, ya que no todas han de ser malas. Hay veces que, simplemente, son cosas que cuesta admitirse a sí mismo, o yo qué sé. En cualquier caso, estoy contigo. Es mejor dejar que la verdad salga, porque si no es por un lado, saldrá por otro y siempre es mejor que salga por donde ha de salir.

     

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