Dualidad
¿Seguir los impulsos o actuar racionalmente? Seguro que he hablado ya mil veces de eso... Una dualidad curiosa pero inevitable, al menos, en mi caso. Cada día, afloran nuevos sentimientos, positivos o negativos. Por algunos, nos dejamos llevar. Por otros, no.
¿De qué depende? ¿Del momento, de la situación, de las posibles consecuencias? Supongo que, simplemente, depende de lo valiente que te sientas en cada momento, de lo dispuesto que estés a arriesgar, de lo convencido que estés de que sufrir es un mal menor en comparación con todo lo que puedes conseguir. Pero no es tan fácil, desgraciadamente.
Miles de circunstancias pueden interponerse en tu camino: la distancia, la no correspondencia, el qué dirán... Quien más y quien menos se ha enfrentado alguna vez a ellos, si no a todos, al menos, a la mayoría. Pero, ¿suponen un freno real a los sentimientos?
Que cada uno saque sus conclusiones. Yo tengo las mías propias, claro está, pero no os voy a torturar con ellas. Los que me conocéis ya sabéis cuál es mi forma de pensar. No hace falta explicar más. Para acompañaros en la reflexión, os dejo ahí una conocida canción de Alejandro Sanz que habla, precisamente, de la fuerza de los sentimientos:
Mírame,
en nada me consigo concentrar
ando despistado todo lo hago mal
soy un desastre y no sé
que está pasando
Me gustas a rabiar, yo te deseo
me llegas a desesperar
Es tan grande lo que siento por ti
que tenerte no bastará
que esto que me invita a vivir,
que me da la ilusión.
Que será esa fuerza
que a todos nos une de dos en dos,
Será la fuerza del corazón.
Hace que te abrace
y los cuerpos lleguen a estorbar,
tiemblo sólo con la idea de rozar
tus labios llenos de besos nuevos.
No puedo dormir, robas mi tranquilidad
alguien ha bordado
tu cuerpo con hilos de mi ansiedad
de cinturón, tus piernas cruzadas
de mi espalda, un reloj
donde tus dedos son las agujas
que dan fuerza a este motor
que es la fuerza del corazón.
Y es la fuerza que te lleva,
que te empuja y que te llena
que te arrastra y que te acerca a Dios.
Es un sentimiento, casi una obsesión
si la fuerza es del corazón,
es algo que te lía, la descarga de energía
que te va quitando la razón
te hace tropezar, te crea confusión
seguro que es la fuerza del corazón
es la fuerza que te lleva.
No puedo pensar,
tendría que cuidarme más
como poco pierdo la vida y luego me la das
es lo que va cegando al amante
que va por ahí de señor
y no es mas que un chiquillo travieso
provocador será la fuerza del corazón
Y es la fuerza que te lleva,
que te empuja y que te llena
que te arrastra y que te acerca a Dios.
Es un sentimiento, casi una obsesión
si la fuerza es del corazón
es algo que te lía, una descarga de energía
que te va quitando la razón
te hace tropezar, te crea confusión
seguro que es la fuerza del corazón
es la fuerza que te lleva ....
¿De qué depende? ¿Del momento, de la situación, de las posibles consecuencias? Supongo que, simplemente, depende de lo valiente que te sientas en cada momento, de lo dispuesto que estés a arriesgar, de lo convencido que estés de que sufrir es un mal menor en comparación con todo lo que puedes conseguir. Pero no es tan fácil, desgraciadamente.
Miles de circunstancias pueden interponerse en tu camino: la distancia, la no correspondencia, el qué dirán... Quien más y quien menos se ha enfrentado alguna vez a ellos, si no a todos, al menos, a la mayoría. Pero, ¿suponen un freno real a los sentimientos?
Que cada uno saque sus conclusiones. Yo tengo las mías propias, claro está, pero no os voy a torturar con ellas. Los que me conocéis ya sabéis cuál es mi forma de pensar. No hace falta explicar más. Para acompañaros en la reflexión, os dejo ahí una conocida canción de Alejandro Sanz que habla, precisamente, de la fuerza de los sentimientos:
Mírame,
en nada me consigo concentrar
ando despistado todo lo hago mal
soy un desastre y no sé
que está pasando
Me gustas a rabiar, yo te deseo
me llegas a desesperar
Es tan grande lo que siento por ti
que tenerte no bastará
que esto que me invita a vivir,
que me da la ilusión.
Que será esa fuerza
que a todos nos une de dos en dos,
Será la fuerza del corazón.
Hace que te abrace
y los cuerpos lleguen a estorbar,
tiemblo sólo con la idea de rozar
tus labios llenos de besos nuevos.
No puedo dormir, robas mi tranquilidad
alguien ha bordado
tu cuerpo con hilos de mi ansiedad
de cinturón, tus piernas cruzadas
de mi espalda, un reloj
donde tus dedos son las agujas
que dan fuerza a este motor
que es la fuerza del corazón.
Y es la fuerza que te lleva,
que te empuja y que te llena
que te arrastra y que te acerca a Dios.
Es un sentimiento, casi una obsesión
si la fuerza es del corazón,
es algo que te lía, la descarga de energía
que te va quitando la razón
te hace tropezar, te crea confusión
seguro que es la fuerza del corazón
es la fuerza que te lleva.
No puedo pensar,
tendría que cuidarme más
como poco pierdo la vida y luego me la das
es lo que va cegando al amante
que va por ahí de señor
y no es mas que un chiquillo travieso
provocador será la fuerza del corazón
Y es la fuerza que te lleva,
que te empuja y que te llena
que te arrastra y que te acerca a Dios.
Es un sentimiento, casi una obsesión
si la fuerza es del corazón
es algo que te lía, una descarga de energía
que te va quitando la razón
te hace tropezar, te crea confusión
seguro que es la fuerza del corazón
es la fuerza que te lleva ....
Etiquetas: Reflexiones
1 Comments:
At 5:05 p. m., Yolanda said…
Pues si, muchas veces no se sabe ya como acertar... dichosa dualidad!!!
Hoy no es un gran día para mí, la verdad es que no estoy muy bien para divagaciones, pero casi prefiero explayarme aquí ahora y no luego por la noche y seguir triste (prometo alegrarme!! :P).
La canción es preciosa y me ha ayudado a reflexionar (y tmb a llorar de una puñetera vez en todo el día, que tenía un nudo que no veas, y lo necesitaba), porque te das cuenta que ha pasado un año y sabes que tienes todo superado (y con dos cojones además, porque eres de Aragón, jeje...), pero sigues ahí, cabreada contigo misma por acordarte de cada palabra y cada gesto de aquel puto día de verano que tenía que haber sido perfecto, y diciéndote mentalmente "que gilipollas eres". En fin... supongo que es normal, es una fecha señalada y encima son muchos recuerdos, demasiados como para pasarlos por alto...
De todos modos, a veces odio tener tan buena memoria (lo que me acaba de dar una idea para escribir es mi blog, toma ya, jaja).
Besicos.
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