Shakira, Shakira...

Llegó el 14 de junio y, por supuesto, ni entrevista ni nada. Shakira hizo una aparición fugaz el lunes en una rueda de prensa a la que tampoco pude ir, a la que de hecho rechacé ir... Ni visitó las obras de la Expo, ni se dio un paseo por la ciudad, ni nada, pese a que asegure que fue a una obra de teatro municipal, a Loarre y a no sé cuántos sitios más. ¿De qué nos sirve si no lo promociona?

Pero, bueno, llegó el 14 de junio, como decía, y con él, el concierto de apertura de su gira mundial en Zaragoza. Pese a que empezaba a las 21.00 horas, momento en el que debían salir al escenario los teloneros, un grupo murciano llamado "The Second", eran las 20.30 horas y seguíamos en la plaza San Pedro Nolasco esperando a la pobre Maribel, que llevaba un día más bien intenso con viaje a La Almunia incluido. Poco después, sonó el teléfono: entrada en directo de Bruno en la radio. Y, claro, en plena ciudad, no hay más fans de Shakira que las mendas, las posteriormente bautizadas como 'las histéricas de Shakira'. ¿Y lo bien que nos quedó ese 'Estoy aquí', que anticiparía el arranque del concierto?

Después de nuestro momento estelar, salimos por fin en dirección a la Feria de Muestras, preparados para cantar, bailar y disfrutar. Nuestro gozo en un pozo, ¡atasco en la autovía! Van pasando los minutos y seguimos "en el parking más dos pasos" que diría Bruno y el concierto sigue avanzando. Mira que salimos con tiempo y empezará a cantar Shakira y nosotros en el coche a este paso... Por si fuera poco, a escasos cien metros de la entrada a la feria, un amabilísimo agente de la Guardia Civil para al coche de Bruno para ponerle una maravillosa multa de 150 euros. Todo porque le llamaban para entrar en directo de nuevo! Y, claro, nosotras, que no tenemos sitio para parar, seguimos p'alante y aparcamos. Con tan mala suerte, que estamos lejísimos de la entrada y que, cuando Bruno y sus acompañantes (véanse Carolina, Cecilia y Pilar) prosiguen viaje, acaban en la otra punta de donde nosotras estamos.

Para colmo, Lorena nos confirma que Shakira está a punto de salir al escenario. ¿Llegaremos a tiempo? Carrera para aquí, carrera para allá... y, voilà, entramos y el concierto 'de verdad' aún no ha empezado. "¡Shakira, que ya hemos llegado, ya puedes empezar!" Pero no ha debido oírnos (o sí). El caso es que aún tardará casi media hora más en comenzar a cantar, lo que implica unos cuantos abucheos de los casi 15.000 asistentes al evento.

De pronto, tras una serie de acordes de los músicos que la acompañan, llega el momento. "Estoy aquí, queriéndote, amándote, ahogándome entre fotos y cuadernos, entre cosas y recuerdos que no puedo comprender". No puedo describir el ambiente ni la emoción de estar ahí, mezclada entre la gente, 'viendo' a Shakira y oyéndola cantar, y cantar con ella. Después vendrían "Ahí te dejo Madrid", "Don't bother" y "Antología". Un recorrido completo por las mejores canciones de la colombiana, entremezclando álbumes y épocas. Miles de sentimientos, de recuerdos, de sensaciones, de nostalgias se agolpan entonces, al menos en mí y, conforme las canciones pasan, voy echando de menos a personas que me gustaría que estuvieran allí conmigo, algunas obvias, otras no tanto. Y yo ahí, cantando como una descosida, palabra a palabra, canción a canción. De hecho, creo que Maribel alucinó un poquito, jeje.

Eso sí, lo más difícil era conseguir ver a Shakira, corroborar que realmente estaba allí y no era sólo un vídeo en las pantallas. Entre lo pequeñita que es (sí, Elena, tú comparada con ella, eres un gigante), lo lejos que estábamos y las cabezas de los de delante. Pero, bueno, de vez en cuando conseguíamos hasta verla. De cualquier modo, en ningún momento como cuando, sonando "Si te vas", Bruno me alzó y pude ver sobre la multitud que resultó ser todavía más populosa de lo que parecía desde abajo.

No obstante, si me preguntan cuál fue el momento del concierto que más me emocionó, diría, sin lugar a dudas, que cuando comenzó a sonar "Inevitable", una de mis canciones preferidas, que casi consigue, incluso, arrancarme alguna lágrima aquella noche. Momentos memorables fueron también "La tortura", "Suerte" o "La pared", por las implicaciones y recuerdos que cada una de esas canciones trae a mi cabeza (y a mi corazón).

Como no podía ser de otra forma, antes de que finalizara el concierto y después de no sé cuántos cambios de ropa, Shakira nos hizo una demostración de esos movimientos de caderas y pecho que le han hecho tan famosa y que tanto hacen babear al género masculino, produciendo al mismo tiempo una envidia impresionante en el femenino. "Ahora sí que me siento totalmente arrítmica. Voy a apuntarme a clases de danza del vientre o algo". Sí, sí, seguro que, al final, nada de nada, pero bueno, al menos la intención es lo que cuenta, ¿no?

Así, el cierre del concierto, el bis, lo constituyeron "Ojos así", una de las canciones más míticas de Shakira por sus toques árabes, y "Hips don't lie", su último éxito. Poco más de hora y media de concierto que, desde luego, supo a poquísimo, sobre todo, porque fueron más largos los atascos de ida y vuelta que el concierto en sí, pero bueno.

Es difícil llegar a describir todo lo que sentí en ese concierto. Muchos dirán que fue un fiasco, una 'mierda'. Puede que sea cierto, desde luego fue muy corto, pero a mí me hizo vibrar, me hizo bailar, me hizo cantar, me hizo sentir, me hizo disfrutar.

"Shakira, Shakira..."