De desfiles, parrilladas y otras historias
Primer Viernes de Mayo: la fiesta grande de Jaca y, de paso, una de las pocas veces en el año en la que coincidimos prácticamente toda la pandilla. Este año, además, por fin, recuperamos a la Joli, que ya tocaba también. Es decir, reedición de esos fines de semana tan míticos de los primeros años, las tres juntas y a arrasar aunque, todo sea dicho de paso, creo que ha sido la primera vez en que ha habido pleno. Pero, bueno, comencemos la historia por el principio y no por la mitad...
Jueves 4 de mayo, 12:00. Recogemos a la Elena en Santa Engracia (o nos recoge su madre que iba con coche, más bien). Risas, desvaríos y desmadres varios... (vamos a dejarlo ahí, que luego éstas dicen que relaciono todo con lo mismo y algo de razón tienen...). Así que ná, de camino a Agreda. Parada a ver si, después de 2 meses, tienen ya el neceser que me deben por los puntos pero, pese a que me dijeron que el plazo era de 20 días, sorpresa, ni neceser ni nada. De hecho, se ríen cuando les digo que sólo hace dos meses. "Ya te avisaremos". Pos ná, sin neceser. Llamadita de Maribel pa marujear un rato y desearme que ligue mucho (Pos si tú lo dices, va a haber que hacerte caso, a ti y al sms de Nuey también, jeje). Todo sea por hacer caso a las amigas ¿eh? Y, de repente, aparece el Taji, ¡qué bien! ya no somos impares para el viaje, aunque total pal caso que nos hicimos... porque ibamos los cuatro con el mp3 y medio sobando... En fin, en Jaca pasadas las 15.00, que paramos hasta en mitad de la carretera a dejar gente. Joer, que queremos llegar ya, que vemos a Ronald McDonald por triplicado en la lejanía... Por fin, llegamos y ¡sorpresa! Paula, Arenas y Adrián esperando. Bueno, esperando al Taji pa llevar la compra del Viernes de Mayo a su casa, pero bueno, mola que te reciban y más cuando Adrián se ofrece amablemente a llevarnos a nosotras y a nuestras maletas (yo, cual caracol con su casa a cuestas) a la casa de la Helen...
Jueves, 4 de mayo. 15:30 horas, aproximadamente. Por fin, en casa de la Elena. La Helen y la Joli deciden calentar sus bocadillos. Mi estómago decide que le encanta la comida fría, porque no puede esperar ni un segundo más, así que ataco el bocadillo de bacon y queso sin ninguna conmiseración. Por supuesto, después toca una buena siesta, eso sí en la mecedora porque en el sofá ya se ha acomodado la Joli. Después de una breve cabezada, mi pobre cuello decide que mejor se muda a la cama y... ná, vuelta a sobar. Finalmente, cambio de ropa, a comprar provisiones y ver a la gente.
Jueves, 4 de mayo. Alguna hora de la tarde, en el Francfurt. Por fin, con la gente. Lástima que nos vemos de higos a brevas... Entrega de regalos. Moló la foto, aunque faltara gente. Por cierto, Taji acuérdate de mandarme una copia ¿eh? Y vuelta pa casita a ducharse, cenar y arreglarse pa la noche. Preparadas para arrasar... Lo monas que íbamos pa, al final, no pisar ni los bares. Ya me vale, ya... Bueno, a lo que íbamos... Por supuesto, primer paso, de camino a Membrilleras.
Jueves, 4 de mayo. 23:15. Membrilleras. Por supuesto, como no podía ser de otra manera, a lo que nosotras llegamos, ya estaba todo el mundo de botellón. Menos mal que el vodka estaba aún casi intacto! Por cierto, que había incluso alguna cara nueva. Lástima que, aunque nosotras no somos celosas, Juan se empeña en que el muchacho sí lo era, aunque la verdad es que tampoco fue muy amigable con nosotras. Creo que se llevaba mejor con el Cacique... Pero, bueno, un poquito de conversación por aquí, un cubata por allá, una indirecta por aquí, otra directa por allá. Creo que los asistentes recordarán un par de frases memorables, algunas relacionadas con palmas, otras con tríos... Quién no estuviera, que pida referencias pero, como es obvio, se trata de un lugar demasiado público como para referir aquí determinados diálogos... En un momento concreto, decido retirarme de la conversación, por si acaso. Se acerca el momento de irnos. No sé exactamente cómo, pero acabo reincidiendo... Ya lo dicen, la carne es débil... ¿Resultado? Los demás de camino a la zona y yo de visita nocturna a la catedral, haciendo amistades con los viandantes (algunos menos caritativos que otros) y enemistad con determinado aparato mecánico... No queda más que adaptarse a lo que hay, aunque no sea lo que desearías...
Viernes, 5 de mayo. Alrededor de las 5.20 horas. Zona de bares. Después del recorrido por la Jaca nocturna, encontramos a Beto con un pedo bastante considerable por mitad de la zona de marcha. Calle arriba, calle abajo, localizamos al resto de la gente: en las escaleritas de la tienda de ropa de enfrente del Francfurt. No podía ser menos. Después de un rato de espera y de varias idas y venidas, deciden que vayamos yendo al cementerio, en lugar de esperar en la calle. ¡La que nos espera! Un par de mensajes de aviso y de camino a casa del Taji a buscar las cosas. "Está junto al cementerio". ¡Qué guay, así no tendremos que cargar mucho con el peso! Gran error... Voy a tratar de hacer una foto de conjunto, pero seguro que no consigo que se aproxime ni de lejos... Jesús y Arenas con un saco de leña cada uno, el Tajao que decide quedarse a sobar en casa, David con cuatro o cinco bolsas, Olga y Paula con otras dos cada una y yo con la carne (no había otra bolsa que pesara más, parezco masoca). Pues el cementerio, parecía más cerca eh? Mil cambios de bolsas, que se escurren, que se rompen, que Adrián y Rolan no acuden en nuestro socorro, que vemos unos chicos con un carro de la compra (Anotación mental: apuntar idea para el año que viene), que Jesús pide ayuda a la Policía... Finalmente, llegan Rolan y Adrián: "Esa bolsa la primera"!, dice Olga. Por supuesto, la de la carne.
Viernes, 5 de mayo. Alrededor de las 7 de la mañana. Por fin hemos llegado al cementerio. Ni sé lo que nos ha costado llegar. Pequeños cabreos por la falta de ayuda, gracias a Dios resueltos no tardando mucho teniendo en cuenta que se habían cambiado los planes iniciales y que los mensajes de aviso no especificaban que estábamos a punto de morir en el intento... A comer y a beber (gracias que Yoli encontró la Fanta o no sé qué hubiera sido de nosotras). Unas cuantas pirámides humanas, un humo asesino... y, de repente, una "pequeña" ( o no tan pequeña) bronca... Creo que era la primera vez que veía a Beto así. De hecho, hubo quien desertó por si acaso salpicaba algo. Gracias que, al final, después de mucho discutir, dialogar y razonar, se llegó a buen puerto, entre otras cosas, porque el origen de la discusión parecía venir de más largo alcance.
Viernes, 5 de mayo. 11.00 horas. Descubrimiento de Joseph Conejos (ver post anterior). Volvemos hacia Jaca, aunque nos cuesta más de lo que parece. La Helen y la Joli deciden irse a dormir... ¿y yo? Pos tan despierta, así que al Francfurt, con la excusa de ver el desfile, que ya me vale, pero aún no había conseguido verlo ningún año. Entre tanto, a dar un poco de envidia que la gente del curro, ya está al tajo y yo sigo de fiesta (Creo que Maribel me odió profundamente en ese momento...) El desfile, sí, pero el himno va a ser que no, que además ése ya lo había visto... Un barril de cervecita, unos bailes, unas foticos y, cuando acaba el desfile, para casa. No porque tenga sueño, que por mí me hubiera quedao hasta las 7 o las 8 como éstos, pero claro, parece mal... Despedidas varias (algunas más sui generis que otras) y de camino a casa, previo rodeo por culpa del desfile. Eso sí, de paso, marujeo con el Bruno. Al menos, así me evité acabar como algún otro que yo me sé...
Viernes, 5 de mayo. 13:00 horas. Por fin en casita. Una ducha y al catre... En dos segundos, sueño más que profundo. De hecho, a las horas, oigo entrar a alguien en la habitación y pensaba que era de día... Pero no, y no me despiertan, así que a seguir sobando. Finalmente, a las 20.00 horas, toca despertar. Por supuesto, dosis de marujeos y luego a cenar las tres junticas, cosa rara tratándose de un sábado ¿eh? Entre vampiros y pizzas, decidimos que las intenciones iniciales de salir, se van al carajo, que la cama es nuestro mejor amigo y vuelta a sobar... Ni una sola hora de sueño el jueves, pos ala, 16 el viernes. ¡Qué chulas somos nosotras!
Sábado, 6 de mayo. 10:00 horas. Último día. ¿Por qué siempre las estancias en Jaca se hacen tan cortas? Eso sí, no podemos irnos sin que la Elena compre nuevo móvil y, llevándole la contraria al zumo que quería que cambiara de modelo (de ahí que decidiera joderlo), se compre otra vez el mismo. Eso sí, después de mil llamadas sin contestación para preguntar por la existencia de la tienda Vodafone de la localidad y, gracias a Dios, que asomado a la ventana encontramos a Monclús, que corroboró que mi malísimo sentido de la orientación, por una vez no iba desencaminado. Es decir, el susodicho establecimiento, casi al lado de la casa de la abuela de Arenas! Lo dicho, móvil nuevo, un par de compricas (incienso, aceiteras, etc.) y una cañica y una tapica con la peña para despedirnos de la mayoría.
Sábado, 6 de mayo. 13:45 horas. Después de buscar una maravillosa camiseta, versión femenina de la del Tajao, que dijera algo así como "Hay dos tipos de hombres: los que me aman y los que no me conocen", de la cual me quedé prendada pero que no existe para tía, ¡qué injusticia, me la voy a serigrafiar!, decidimos pasar por una tienda de comida preparada para comprar dos menudeces de fiambreras, de cuyo contenido aún les sobraría a la Elena y la Joli. Finalmente, limpia los rastros de tu estancia en Jaca (que estamos aquí de incógnito) y, cómo no, el café en el Astún (Nestea, en su defecto) para despedirte de los que quedan y pirarte hacia el autobús, viaje que aprovechas para dormir hasta que el abejaruco decide llamar a la urogallina y se te jode el invento, claro.
Bueno, espero no haberos cansao con el relato, que al final ha sido más largo de lo que debería. Pese a lo cual, siguen quedando datos curiosos que comentar, para lo cual os remito al blog de la Yoli (yolizgz.blogspot.com) y su historia de las tres supernenas en la Jacetania ;)
Jueves 4 de mayo, 12:00. Recogemos a la Elena en Santa Engracia (o nos recoge su madre que iba con coche, más bien). Risas, desvaríos y desmadres varios... (vamos a dejarlo ahí, que luego éstas dicen que relaciono todo con lo mismo y algo de razón tienen...). Así que ná, de camino a Agreda. Parada a ver si, después de 2 meses, tienen ya el neceser que me deben por los puntos pero, pese a que me dijeron que el plazo era de 20 días, sorpresa, ni neceser ni nada. De hecho, se ríen cuando les digo que sólo hace dos meses. "Ya te avisaremos". Pos ná, sin neceser. Llamadita de Maribel pa marujear un rato y desearme que ligue mucho (Pos si tú lo dices, va a haber que hacerte caso, a ti y al sms de Nuey también, jeje). Todo sea por hacer caso a las amigas ¿eh? Y, de repente, aparece el Taji, ¡qué bien! ya no somos impares para el viaje, aunque total pal caso que nos hicimos... porque ibamos los cuatro con el mp3 y medio sobando... En fin, en Jaca pasadas las 15.00, que paramos hasta en mitad de la carretera a dejar gente. Joer, que queremos llegar ya, que vemos a Ronald McDonald por triplicado en la lejanía... Por fin, llegamos y ¡sorpresa! Paula, Arenas y Adrián esperando. Bueno, esperando al Taji pa llevar la compra del Viernes de Mayo a su casa, pero bueno, mola que te reciban y más cuando Adrián se ofrece amablemente a llevarnos a nosotras y a nuestras maletas (yo, cual caracol con su casa a cuestas) a la casa de la Helen...
Jueves, 4 de mayo. 15:30 horas, aproximadamente. Por fin, en casa de la Elena. La Helen y la Joli deciden calentar sus bocadillos. Mi estómago decide que le encanta la comida fría, porque no puede esperar ni un segundo más, así que ataco el bocadillo de bacon y queso sin ninguna conmiseración. Por supuesto, después toca una buena siesta, eso sí en la mecedora porque en el sofá ya se ha acomodado la Joli. Después de una breve cabezada, mi pobre cuello decide que mejor se muda a la cama y... ná, vuelta a sobar. Finalmente, cambio de ropa, a comprar provisiones y ver a la gente.
Jueves, 4 de mayo. Alguna hora de la tarde, en el Francfurt. Por fin, con la gente. Lástima que nos vemos de higos a brevas... Entrega de regalos. Moló la foto, aunque faltara gente. Por cierto, Taji acuérdate de mandarme una copia ¿eh? Y vuelta pa casita a ducharse, cenar y arreglarse pa la noche. Preparadas para arrasar... Lo monas que íbamos pa, al final, no pisar ni los bares. Ya me vale, ya... Bueno, a lo que íbamos... Por supuesto, primer paso, de camino a Membrilleras.
Jueves, 4 de mayo. 23:15. Membrilleras. Por supuesto, como no podía ser de otra manera, a lo que nosotras llegamos, ya estaba todo el mundo de botellón. Menos mal que el vodka estaba aún casi intacto! Por cierto, que había incluso alguna cara nueva. Lástima que, aunque nosotras no somos celosas, Juan se empeña en que el muchacho sí lo era, aunque la verdad es que tampoco fue muy amigable con nosotras. Creo que se llevaba mejor con el Cacique... Pero, bueno, un poquito de conversación por aquí, un cubata por allá, una indirecta por aquí, otra directa por allá. Creo que los asistentes recordarán un par de frases memorables, algunas relacionadas con palmas, otras con tríos... Quién no estuviera, que pida referencias pero, como es obvio, se trata de un lugar demasiado público como para referir aquí determinados diálogos... En un momento concreto, decido retirarme de la conversación, por si acaso. Se acerca el momento de irnos. No sé exactamente cómo, pero acabo reincidiendo... Ya lo dicen, la carne es débil... ¿Resultado? Los demás de camino a la zona y yo de visita nocturna a la catedral, haciendo amistades con los viandantes (algunos menos caritativos que otros) y enemistad con determinado aparato mecánico... No queda más que adaptarse a lo que hay, aunque no sea lo que desearías...
Viernes, 5 de mayo. Alrededor de las 5.20 horas. Zona de bares. Después del recorrido por la Jaca nocturna, encontramos a Beto con un pedo bastante considerable por mitad de la zona de marcha. Calle arriba, calle abajo, localizamos al resto de la gente: en las escaleritas de la tienda de ropa de enfrente del Francfurt. No podía ser menos. Después de un rato de espera y de varias idas y venidas, deciden que vayamos yendo al cementerio, en lugar de esperar en la calle. ¡La que nos espera! Un par de mensajes de aviso y de camino a casa del Taji a buscar las cosas. "Está junto al cementerio". ¡Qué guay, así no tendremos que cargar mucho con el peso! Gran error... Voy a tratar de hacer una foto de conjunto, pero seguro que no consigo que se aproxime ni de lejos... Jesús y Arenas con un saco de leña cada uno, el Tajao que decide quedarse a sobar en casa, David con cuatro o cinco bolsas, Olga y Paula con otras dos cada una y yo con la carne (no había otra bolsa que pesara más, parezco masoca). Pues el cementerio, parecía más cerca eh? Mil cambios de bolsas, que se escurren, que se rompen, que Adrián y Rolan no acuden en nuestro socorro, que vemos unos chicos con un carro de la compra (Anotación mental: apuntar idea para el año que viene), que Jesús pide ayuda a la Policía... Finalmente, llegan Rolan y Adrián: "Esa bolsa la primera"!, dice Olga. Por supuesto, la de la carne.
Viernes, 5 de mayo. Alrededor de las 7 de la mañana. Por fin hemos llegado al cementerio. Ni sé lo que nos ha costado llegar. Pequeños cabreos por la falta de ayuda, gracias a Dios resueltos no tardando mucho teniendo en cuenta que se habían cambiado los planes iniciales y que los mensajes de aviso no especificaban que estábamos a punto de morir en el intento... A comer y a beber (gracias que Yoli encontró la Fanta o no sé qué hubiera sido de nosotras). Unas cuantas pirámides humanas, un humo asesino... y, de repente, una "pequeña" ( o no tan pequeña) bronca... Creo que era la primera vez que veía a Beto así. De hecho, hubo quien desertó por si acaso salpicaba algo. Gracias que, al final, después de mucho discutir, dialogar y razonar, se llegó a buen puerto, entre otras cosas, porque el origen de la discusión parecía venir de más largo alcance.
Viernes, 5 de mayo. 11.00 horas. Descubrimiento de Joseph Conejos (ver post anterior). Volvemos hacia Jaca, aunque nos cuesta más de lo que parece. La Helen y la Joli deciden irse a dormir... ¿y yo? Pos tan despierta, así que al Francfurt, con la excusa de ver el desfile, que ya me vale, pero aún no había conseguido verlo ningún año. Entre tanto, a dar un poco de envidia que la gente del curro, ya está al tajo y yo sigo de fiesta (Creo que Maribel me odió profundamente en ese momento...) El desfile, sí, pero el himno va a ser que no, que además ése ya lo había visto... Un barril de cervecita, unos bailes, unas foticos y, cuando acaba el desfile, para casa. No porque tenga sueño, que por mí me hubiera quedao hasta las 7 o las 8 como éstos, pero claro, parece mal... Despedidas varias (algunas más sui generis que otras) y de camino a casa, previo rodeo por culpa del desfile. Eso sí, de paso, marujeo con el Bruno. Al menos, así me evité acabar como algún otro que yo me sé...
Viernes, 5 de mayo. 13:00 horas. Por fin en casita. Una ducha y al catre... En dos segundos, sueño más que profundo. De hecho, a las horas, oigo entrar a alguien en la habitación y pensaba que era de día... Pero no, y no me despiertan, así que a seguir sobando. Finalmente, a las 20.00 horas, toca despertar. Por supuesto, dosis de marujeos y luego a cenar las tres junticas, cosa rara tratándose de un sábado ¿eh? Entre vampiros y pizzas, decidimos que las intenciones iniciales de salir, se van al carajo, que la cama es nuestro mejor amigo y vuelta a sobar... Ni una sola hora de sueño el jueves, pos ala, 16 el viernes. ¡Qué chulas somos nosotras!
Sábado, 6 de mayo. 10:00 horas. Último día. ¿Por qué siempre las estancias en Jaca se hacen tan cortas? Eso sí, no podemos irnos sin que la Elena compre nuevo móvil y, llevándole la contraria al zumo que quería que cambiara de modelo (de ahí que decidiera joderlo), se compre otra vez el mismo. Eso sí, después de mil llamadas sin contestación para preguntar por la existencia de la tienda Vodafone de la localidad y, gracias a Dios, que asomado a la ventana encontramos a Monclús, que corroboró que mi malísimo sentido de la orientación, por una vez no iba desencaminado. Es decir, el susodicho establecimiento, casi al lado de la casa de la abuela de Arenas! Lo dicho, móvil nuevo, un par de compricas (incienso, aceiteras, etc.) y una cañica y una tapica con la peña para despedirnos de la mayoría.
Sábado, 6 de mayo. 13:45 horas. Después de buscar una maravillosa camiseta, versión femenina de la del Tajao, que dijera algo así como "Hay dos tipos de hombres: los que me aman y los que no me conocen", de la cual me quedé prendada pero que no existe para tía, ¡qué injusticia, me la voy a serigrafiar!, decidimos pasar por una tienda de comida preparada para comprar dos menudeces de fiambreras, de cuyo contenido aún les sobraría a la Elena y la Joli. Finalmente, limpia los rastros de tu estancia en Jaca (que estamos aquí de incógnito) y, cómo no, el café en el Astún (Nestea, en su defecto) para despedirte de los que quedan y pirarte hacia el autobús, viaje que aprovechas para dormir hasta que el abejaruco decide llamar a la urogallina y se te jode el invento, claro.
Bueno, espero no haberos cansao con el relato, que al final ha sido más largo de lo que debería. Pese a lo cual, siguen quedando datos curiosos que comentar, para lo cual os remito al blog de la Yoli (yolizgz.blogspot.com) y su historia de las tres supernenas en la Jacetania ;)
Etiquetas: Viajes
1 Comments:
At 3:31 p. m., Yolanda said…
Bueno bueno.. aqui la joli de reportera dicharachera!!
Cojonudo el post, sobre todo el final: "Cuando el aberujaruco decide llamar a la urogallina y se te jode el invento". jajajajjaja. Si es que no puede ser.
En fin, ojala llenemos este blog de historias como ésta. Y dicho sea de paso, qué pedazo de resúmenes hacemos!
Un beso
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